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En el blog de Greenpeace podemos leer una entrada de Naqui Soto sobre los incendios forestales y su aparición año tras año. Este Licenciado en Biología por la Universidad complutense de Madrid es el responsable de las campañas de Bosques... en Greenpeace. Según este biólogo la historia se repite verano tras verano. En Siberia en 2019 ya hubo importantes incendios como consecuencia del cambio climático. Otras consecuencias del cambio climático en Siberia también relacionadas con los incendios son las olas de calor y los derrames de petróleo causados por el deshielo del permafrost. En un pueblo remoto de Siberia, donde siempre hace frío, se alcanzó el 20 de junio de este 2020 una temperatura record de 37ºC. Con estas temperaturas el permafrost se derrite y se crean las condiciones perfectas para estos grandes incendios. Este verano ya han ardido más de 3,3 millones de hectáreas que es una superficie similar a la de Cataluña y el verano no ha hecho más que empezar. Están ardiendo importantes bosques del ecosistema de taiga siberiana de forma descontrolada.
Este año, debido a la ola de calor extrema que está sacudiendo gran parte del Ártico, con temperaturas récord de hasta 37 ºC, las llamas se están extendiendo muy rápidamente. Pero los incendios forestales y las olas de calor no son los únicos impactos del cambio climático que está sufriendo Siberia este verano: ya se han producido dos vertidos de petróleo por el deshielo del permafrost. La región se está calentando a un ritmo mucho más rápido que el resto del planeta. La anomalía térmica que muestra la imagen de finales de junio es muy gráfica al respecto.
En el blog de Greenpeace podemos leer una entrada de Naqui Soto sobre los incendios forestales y su aparición año tras año. Este Licenciado en Biología por la Universidad complutense de Madrid es el responsable de las campañas de Bosques... en Greenpeace. Según este biólogo la historia se repite verano tras verano. En Siberia en 2019 ya hubo importantes incendios como consecuencia del cambio climático. Otras consecuencias del cambio climático en Siberia también relacionadas con los incendios son las olas de calor y los derrames de petróleo causados por el deshielo del permafrost. En un pueblo remoto de Siberia, donde siempre hace frío, se alcanzó el 20 de junio de este 2020 una temperatura record de 37ºC. Con estas temperaturas el permafrost se derrite y se crean las condiciones perfectas para estos grandes incendios. Este verano ya han ardido más de 3,3 millones de hectáreas que es una superficie similar a la de Cataluña y el verano no ha hecho más que empezar. Están ardiendo importantes bosques del ecosistema de taiga siberiana de forma descontrolada.
Este año, debido a la ola de calor extrema que está sacudiendo gran parte del Ártico, con temperaturas récord de hasta 37 ºC, las llamas se están extendiendo muy rápidamente. Pero los incendios forestales y las olas de calor no son los únicos impactos del cambio climático que está sufriendo Siberia este verano: ya se han producido dos vertidos de petróleo por el deshielo del permafrost. La región se está calentando a un ritmo mucho más rápido que el resto del planeta. La anomalía térmica que muestra la imagen de finales de junio es muy gráfica al respecto.
Según Naqui Soto "tampoco llegan buenas noticias desde Brasil. Las imágenes que envían los satélites con las alertas de incendio se multiplicaron en junio. La agencia gubernamental de investigación espacial de Brasil (INPE), detectó 2.248 incendios en la selva tropical amazónica el mes pasado, un aumento del 20 por ciento en comparación con los 1.880 incendios de junio de 2019. Ha sido el peor mes junio para los incendios en Brasil desde hace 13 años. A medida que avanza la estación menos húmeda, apta para las queimadas que arrasan la selva y dan paso al ganado y la soja, vamos camino de repetir los devastadores incendios del año pasado. El presidente, Jair Bolsonaro, lleva todo su mandato abonando esta situación de falta de gobernanza e impunidad con los intereses económicos que invaden la Amazonia para transformarla.
En Indonesia, tras identificarse más de 700 incendios forestales, el gobierno de la provincia de Kalimantan ha declarado la semana pasada el estado de emergencia, situación que durará hasta finales de septiembre. El año pasado, en 2019, los incendios fueron particularmente dañinos, con 1,6 millones de hectáreas de bosques y turberas quemadas.
¿Pero qué está pasando?
La Amazonia, en Brasil, Bolivia o Perú, arde para dar paso a la ganadería y la soja. Indonesia es el mayor productor mundial de aceite de palma y, cada año, los incendios están vinculados a las prácticas de tala y quema utilizadas para despejar la selva y ampliar el cultivo de palma aceitera. En los bosques boreales de Siberia la permisividad del gobierno con el uso del fuego y, en algunos casos, la eliminación de los restos de tala de la industria forestal, lleva a los incendios forestales a vagar sin control durante semanas por la taiga hasta que se apagan solos.
No son unos pocos incendios, son decenas de miles. No son miles de hectáreas, son millones de hectáreas de bosques. Un dolor para el planeta, un gran chute a la atmósfera de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático.
Además, se produce un efecto boomerang. A más incendios, más cambio climático. A más cambio climático, más riesgo de incendios para los bosques. El pasado junio se alcanzó un nuevo récord en la concentración de CO2 respecto a los meses de junio anteriores, llegando a 416,39 partes por millón de CO2 en la atmósfera, 2,46 ppm más que en junio de 2019, agravando la crisis climática a la que nos enfrentamos.
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Fuente: NOAA
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) acaba de confirmar el mal diagnóstico. La pasada semana presentó su primer informe anual sobre el estado del clima en España, que concluye que el calentamiento se está acelerando, aportando datos realmente preocupantes:
Ante las señales que ponen en evidencia una grave enfermedad no podemos cerrar los ojos. Los indicadores apuntan a un verano como el de 2019, o peor. La Tierra no solo está más caliente, se quema. Los bosques, que deberían estar actuando como sumideros de carbono y mitigando el cambio climático, están ardiendo y emitiendo así grandes cantidades de gases de efecto invernadero, alejándonos todavía más del objetivo del Acuerdo de París de evitar que la temperatura del planeta aumente por encima de 1,5 ºC".
Saludos a tod@s y espero que todos paséis el mejor verano posible.
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